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viernes, 30 de agosto de 2013

Mejor suertuda.-



"-¿Por qué yeta? -¿Y por qué no?"

-¿Y tú? No tenemos nada programado para hoy.
-Quiero cambiar la del martes para hoy.
-Eso ya no se puede hacer... Pero, pero hoy tienes suerte, cancelaron recién 2 horas y te las regalo. 
-¿Tan mal me veo?
-Te veo acongojada y muy asustada. Entra.
-Gracias. Estoy cansada, estresada y triste. Necesito una semana para morirme, dormir eternamente y no ver a nadie. Quiero ayuda, por favor.
-Espera, calma. Sé que es difícil, es complicado lo que pasa. Vamos, ven. Respira y toma agua.
-¡No quiero agua! No quiero la puta agua. Quiero que alguien venga y me diga que todo va a estar bien. Quiero que crean en mi y no venga alguien a destruir todas mis ilusiones.
-Es obvio que no quieres que alguien venga y rompa todos tus sueños. Es natural, es normal. Pero tienes que que empezar a tranquilizarte y tienes que decidir qué hacer. No puedes, por un tema de salud, guardar todo lo que sientes. Hay enfermedades que son adyacente a penas: tumores, depresiones, fatigas, cansancio, desordenes. Tú estás al borde de un colapso psicológico y de una depresión, si no empiezas a hablar y a sacar eso que esta en ti, vas a enfermar, te va a pasar la cuenta y va a perjudicar todas tus ilusiones. Tienes que ponerle freno, ¡carajo! Sé fuerte.
-Odio a mi madre, porque todo lo que soy hoy es por ella, y yo me odio, soy patética, no soy capaz de seguir mis propios sueños... Siempre pensé que era decidida, con carácter y convicción, ahora me doy cuenta que soy una pobre cobarde infeliz que le manejan hasta lo que tiene que decir. No soy... nada en este mundo, soy un peón más, un peón de mi mamá. Soy una basura.
-No te trates así, eres valiente con el solo hecho de decirme esto, de enfrentar un miedo que tenías dentro, son palabras duras y fuertes para cualquiera. Pero debes empezar a dejar los miedos atrás, cuando dejas los miedos, eres libre y tomas mejores decisiones. Es una decisión difícil, es lo que quieres hacer con tu vida, pero tienes que ver siempre lo que necesitas, a veces lo que necesitamos no es lo que queremos.
-Es que yo necesito ser feliz, y para ser feliz debo hacer mis pasiones, hacer de mi vida pasiones.
-Entonces, ¿qué estás esperando?
-¿Y si no me resulta? Voy a fracasar, una vez más.
-Te va resultar, siempre que quieras. Si no es de una forma, será de otra y si no es otra, será aquella. Siempre se puede. Nada es imposible mientras uno lo quiera y más, cuando uno lo necesita. No tengas miedo de fracasar, es como temerle a vivir, puedes fracasar, estás en una línea en donde a la izquierda es fracasar y la derecha es triunfar, estás a la misma posibilidad de uno que de otro. Pero depende de la manera en que tu decidas andar en ese camino. Todo es una decisión, debes aprender a tomar decisiones y a estar segura de lo que decides. No le temas a tus propias necesidades, si quieres hacer algo y crees que es correcto, hazlo y si luego quieres arrepentirte, arrepiéntete, pero son decisiones válidas y no les tengas miedo al que dirán. La vida es preciosa de la forma en que la vivas, mientras vives ya es hermoso todo, lo hermoso se basa en tu decisión.
-No tener miedo es complejo.
-Ten miedo, pero no todo el tiempo. Sé segura de tus decisiones, son tuyas, es tu vida y nadie te puede cuestionar. Nadie, porque solo tu vives tus decisiones.
-¿Por qué una psiquiatra sabe que decir?
-No, siempre he dicho que hay profesores que te enseñan a escuchar y con eso, sabes todo lo demás. Tuve varios profes que te enseñaban a oír, escuchar y uno que otros, a meditar. La gente debería aprender a escucharse a si mismo y así tendría gastos menos, como este.
-Buen punto.
-Ven. No hay nada mejor que un abrazo para que te calmes. Eres carismática, te he tomado cariño.
-Y eso que he venido como 5 veces.
-Seis con ésta.
-Gracias por ayudarme, es su trabajo, pero de verdad, gracias. No sabe lo significativo de su ayuda.
-¿Qué vas a hacer ahora? Debes irte a tu casa.
-No quiero llegar.
-No te puedes quedar sola por la urbe talquina y menos a esta hora.
-No quiero hacer nada.
-¿Comiste?
-No.
-Vamos a comer. ¿Te gusta el sushi?
-Sí, es bueno.
-Esto es poco ético, pero que importa. Vamos a mi casa y hablamos allá, de cualquier cosa y comemos sushi, ¿te parece?
-Gracias. De verdad, muchas gracias. 
-Deja de darme las gracias, me siento como tu mamá y tengo 29 años, no más.
-Perdón, pero de verdad, gracias. Casi 30, es harto.
-Estoy haciendo un buen trabajo. Estudiar esto era mucho tiempo. Ya, vamos.
-¿Vives sola?
-No, vivo conmigo y mi perro. Eso es mucha gente.