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lunes, 24 de octubre de 2016

Amores kármicos: amor a primera vista.-


La historia de cada persona sería su karma. La historia kármica personal nos hace entender porqué sentimos rechazo o atracción por otros individuos. Las relaciones de pareja kármikas no son fáciles, si tenemos una relación sin problema alguno, ¿qué vamos a aprender? Las parejas necesitan aprender a enfrentar juntos situaciones para aprender y evolucionar.
Lo que llamamos amor a primera vista, esa intensa sensación de intimidad, puede estar indicando que hemos encontrado a alguien a quien hemos amado en alguna vida pasada. Un juramento hecho en una vida pasada con la suficiente fuerza, puede proyectarse hacia las vidas siguientes. ¿Cómo? Imagina, por ejemplo, que una pareja muy enamorada haya hecho el juramento de que su amor dure para siempre, excluyendo de esa forma la posibilidad de encontrar amor fuera de ellos mismos. Claro que, cuando no coinciden las reencarnaciones, ninguno de los dos tendrá relaciones satisfactorias, como si algo faltara en ellas.
Considera este último pensamiento: esta vida es la vida pasada del futuro, así que puedes comenzar hoy tu historia de amor eterna.
Fuentes:
Lazos de amor eternos, de Olga Menéndez.

lunes, 17 de octubre de 2016

El placer de no pertenecer.-



La juventud de un amor: absoluto, apasionado y eterno. Eso es un digno comienzo de una película o novela romántica, sin embargo, para los escépticos del amor y su infinita duración, así como también para mi incrédula consciencia y álter ego, ese inicio fue el mío.
No fue fácil, como dice la canción, pues, venía de una ruptura amorosa un tanto tormentosa, como lo son todas, hace ya 3 años o un poco menos de ese presente, ya no recuerdo. Una linda historia con un torpe comienzo, pero que decayó porque ambos no supimos como cuidar la relación, además, es cierto, el amor sí se acaba y siempre hay uno que quiere más, en este caso, creo que yo no fui la que quiso más y la cagué primero. En fin, ya tuve mi tiempo de mártir y de soldado donde asumí mis culpas, como también las de él, tuve que aprender a perdonar para perdonarme y sufrí un largo recorrido en que creí tener la culpa y me autodestruí con extremos decadentes, pero como dicen los sabios y los no tanto, tienes que colapsar para volver nacer. Y así fue, renací y florecí en gloria y majestad. Una Meli nueva, me vi crecer lentamente, pero iba muy bien, me volví a enamorar de mi y me amé nuevamente y más de lo que alguna vez lo hice, estaba en la cima: ni el cielo era el límite. Estaba plena, nada faltaba, nada sobraba, estaba todo lo justo y necesario. 
Aquel punto de tu vida en que tu sonrisa era la más linda, encantadora y radiante que pudieses tener: ahí estaba yo, la mujer de la bella sonrisa, decía mi padre . Y así fue, yo le sonreí como solía sonreirle al mundo, a mis amigos, a mi familia, a la vida, en general, y sinceramente, no fue amor a primera vista, ya lo había visto y no me había causado ni cosquillas, nada, ni siquiera bonito lo encontré, ni nervios me causó, pero cuando le sonreí, él me respondió de la misma manera, con una sonrisa y algo cambió en mi, no supe que fue, pero sí era una de las sensaciones más sinceras que he sentido en toda mi vida y me atrevo a decir con todo ímpetu, que ha sido la emoción más sincera de mis entonces 18 años: amor a primera sonrisa y de esa forma, me enamoré, me enamoró y sigo así: enamorada.
Es un enamoramiento un tanto distinto a otros, un amor en que vives el placer de no pertenecer, es sin ataduras, no te sientes amarrado de ninguna manera posible, simplemente se vive enamorada y amando a alguien. Así fue con él, me enamoré de él, de su esencia y presencia, de su completo ser, todo lo que ha construido de sí mismo y lo que ha de construir algún día de él, me enamoré de un todo, de su ying y su yang, todo, completamente, pero además, me enamoré de mi, de lo que fui y soy desde que lo conocí, me enamoré de mis inseguridades y de todo lo que soy, porque nunca fue algo malo ni negativo, es mi ser y es encantador en toda sus formas y desformas, aprendí que soy un ser viviente y lleno de vida, que tengo mucho que entregar y me di cuenta no gracias a que él me lo hizo ver, sino que fue porque él se enamoró de eso sin siquiera juzgarlo, porque él se enamoró de mi ser en toda su definición, teoría y práctica, se enamoró de todo lo que conlleva ser yo, desde mis arrebatos de niña caprichosa hasta mi más fino argumento que puedo crear, se enamora de mis lágrimas de emoción y tristeza, de mis sonrisas y risas que desatan los demás, de mis miedos e inseguridades de una persona tan frágil como suelo ser y de mis arrebatos artísticos como los colores que suelo llevar en el cabello, todo e gusta no por complacerme, sino que lo ama porque esa soy yo y nunca espero nada, solo espero que yo lo amará tan cual es y así es, le amo como es, con todo su ser, con toda su templanza para vivir ciertos momentos de su vida, con sus desenfrenos habituales para todo joven, con su visión de la vida tan austera y simple, con sus frustraciones y dudas existenciales que suelen florecer en inesperados momentos, con su linda sonrisa que siempre sabe como usarla para conquistar cualquier universo (además, de hacerle un favor al universo cuando sonríe), y por sobretodo, por su modo de entregarle amor a este mundo tan carente de afectos y que cada día se vuelve más violento y despiadado, me gusta su amor para los demás y para mi, aunque suene asquerosamente egoísta, sobretodo hacia mi, porque su amor es distinto, su amor me completa, me complementa y suplementa, me enriqueció y me mostró que uno se enamora para siempre y cada día se puede amar más, porque nunca es suficiente, nunca basta, nunca se acaba y eso es lo más real que podemos sentir, porque todos los días que vives, se ama más, un poquito más, tan insignificante que no te das cuenta, pero llega un día en que lo piensas y te das cuenta que nunca habías amado a alguien tanto, nunca te lo cuestionaste, tu solo amas y así yo lo amo.
 Es muy cierto aquello que dicen cuando conoces al real amor de tu vida, te sientes en paz, nada te hace falta, estas tranquilo y pleno. Puedo dar fe y seguridad, que este pequeño ser de una sonrisa encantadora, es el amor de mi vida, porque nunca me he sentido en más calma que cuando lo pienso y lo vivo, su presencia me transporta a un lugar que jamás he visitado, su compañía es lo que necesito cuando todo va mal y cuando todo va bien, también, porque quiero compartir con él lo más que pueda de mi mi universo. Nunca había encontrado a alguien con quien podía estar en paz y tranquilidad, nada sobra, nada falta, lo justo y necesario, así estoy, así me hace sentir, incluso cuando lo pienso, así me encuentro ahora, justo que lo he estado pensando y escribiendo. No le puedo prometer que será el único, pero sí, que fue el primero y hasta ahora, sigue siendo el único. 
Ojala todo el mundo tenga el agrado y suerte de toparse con el amor de su vida, por lo menos una vez, que lo vivan intensamente y agradezcan al universo porque conspiró para que ambos se toparan, vívanlo como si se fuera acabar, porque esa es la única manera en que se vive bien, no piensen que se va acabar, solo amen y vivan su amor, porque si es real, jamás se acabará, porque ese amor es la primera cosa hermosa en la que da gusto quedarse estancado. Espero de todo corazón, que todos alguna vez encuentren al amor de su vida, da igual que lo encuentren una, dos, tres o un millón de veces, pero que lo encuentren, porque el amor es un goce al alma y tu amas acorde a lo que tu alma te permite, el único circulo vicioso útil en la vida.-


Ceremonia del café.-


Las jirafas, seres sofisticados y elegantes, se levantan todas las mañanas y cumplen rigurosamente con su rutina de un nuevo y altísimo día. Despiertan con los ojos cerradísimos  envueltos en su pausado y casi nulo pestañear, dado a esto, se ponen de pie con cuidado de no estropear a los árboles y sus peinados innovadoramente creativos que el simpático viento les hizo durante las 2 horas que durmieron esa y todas las noches. Tras su cuidadoso despertar, ellas bostezan largamente (sí, las jirafas bostezan) y muestran la lengua de una forma tan singular que aquellos que la ven, se sienten triunfadores en aquellos alrededores. Luego, se preocupan de peinar con suma delicadeza y calma todas sus múltiples pestañas, se las limpian una por una hasta que logran ver todos los detalles que decoraban su entorno de manera tan gloriosa que todo aquello observado es adsorbido por su aura limpia y renovada.
Una vez ya acicaladas para vivir un nuevo día, ellas van a la ceremonia del café, donde todas se reúnen para desayunar en comunidad jirafal y contarse aquellos sueños que tuvieron, que envidiablemente, ellas sí pueden recordarlos . En dicha ceremonia, un quinteto es elegido al azar el mismo día a través de un sistema basado en el número y color de sus manchas que había sido diseñado hace muchísimos años y contaba la leyenda que el primer Acacia lo diseñó para ellas: esa mañana, el quinteto se conformó de aquellas jirafas que tenían 9 manchas anaranjadas situadas en el pecho. El quinteto seleccionado tenía la tarea de preparar todos los preparativos tanto alimenticios como decorativos de la ceremonia del café, un acto primordial para comenzar las mañanas de la comunidad jirafal. Ellas se preocupaban de preparar café extremadamente caliente para todas, los que se disponían en distintas jarras de cerámicas que se encontraban en algún lugar del desierto, además, rellenan distintos tipos de nidos abandonados con variedades de hojas de árboles, arbustos y frutas, de distinta taxonomía para no discriminar a nadie y satisfacer los diversos gustos, todo ello se montaba sobre un circulo de varias hectáreas cubierto por las hojas mas coloridas que encontraban, de esta forma se le daba alegría a la ceremonia. Una vez ya montado el escenario del acto matutino, las jirafas le avisaban a sus amigüitos dípteros para que fueran a avisarle a las jirafas que estaba todo listo y se fueran a reunir para comenzar la ceremonia del café, la cual, a pesar de ser un acto sumamente solemne e indispensable para comenzar el día, no tenía una hora fijada, ya que eso les privaba de su libertad de seres elegantes.
La ceremonia del café comienza solo una vez que la última jirafa se ha sentado alrededor del círculo de las coloridas hojas. Ya sucedido eso, comienza el banquete y la charla del día, todas están contentas y emocionadas por un nuevo día que les ha brindado la madre naturaleza. Sin embargo, hay una singular cuestión que las jirafas siempre se han preguntado, la que se ha convertido en una duda existencial que las atormenta todos los días que desayunan y no pueden encontrar nunca una solución. Su triste pesar y pasar: por más caliente que beban ese maravilloso café, nunca llega caliente a su estómago, sino que llega frío como cruel invierno que azota en el polo norte. Que triste desayunar, pero aún así ellas no se desaniman, se consuelan creando siempre distintas hipótesis y consecuencias negativas entorno al hecho de que pudiese llegar caliente el café a su estómago, relatan cuentos, mitos y leyendas que han escuchado por ahí en los alrededores del desierto, por ejemplo, ese día hablaron  en el hecho de que nunca se morirán de cáncer por la temperatura de la bebida o que podrán dormir lo suficiente cada vez que quieran, porque la absorción de café será tan larga que su efecto probablemente se disipará e incluso se bofaron comentando que todas las desgracias producto de una bebida caliente le sucederán a otros animales que son atrozmente crueles con ellas, como el león, leopardo o cocodrilos, lo cual les animó bastante o mejor aún, se rieron tiernamente a carcajadas  que se escuchan a kilómetros de desierto, porque saben que todas esas tragedias del café le suceden al más estúpido de los seres, el cual se deleitan creando y preparando  múltiples tipos de café y bebidas calientes, deleitándose con ello, como si fuese la mayor maravilla de todas.
 Se consuelan con el hecho de que las tragedias y todo efecto colateral del café le suceden a otros y nunca a ellas, pero a pesar de ellos, ¿te has puesto a pensar en lo triste que es que las jirafas beban café caliente y les llegué frío al estómago? Si nunca lo has pensado, eres un ser horrible y egoísta que sufrirá la tortura de beber café.-

jueves, 6 de octubre de 2016

Iba a decirte no me abandones, pero te dije adiós.-

Les hablaré de café y de olvido5:16 p.m. 
Me encuentro en la cafetería de siempre, sentado en la mesa de siempre, tomando mi café de siempre. Todo es lo de siempre, casi todo, tú no estás esta vez.
El café sabe algo distinto, ¿será qué las personas con las que se toma influyen en su sabor? Creo que sí.
Un café, una persona, una conversación: estas tres cosas, al pasar el tiempo, se convierten en un recuerdo. Es un momento simple pero, por alguna razón, no lo logro olvidar.
“Iba a decirte: no me abandones. Pero te dije adiós”. El café unos días sabe bien, pero hoy me hubiera gustado pedir un té.
No sé qué es de ti ahora: si has tenido un buen día, o uno malo. No lo sé; sólo espero que algún día el café me sepa a olvido.
(Hermes Moncada)