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lunes, 22 de julio de 2013

Suerte mezclada con vergüenza oculta.-


-Tienes voz de una curadera enorme.
-Cuanta razón tienes.
-Estúpida. ¿Estás bien?
-No. Buitrié muchísimo y tengo una vergüenza que no la puedo guardar en ninguna parte.
-Por la chucha, flaca. Te curaste en mala como las veces en que te tengo que llevar en brazo.
-Algo así.
-¿Se te apago la tele?
-Medianamente, escuchaba todo.
-Cuéntame de lo que te acuerdas.
-A ver, tomé 7 tequilas y luego llegó mi vieja...
-Llegó tu mamá, por la chucha hablamos de eso. Cura dices cosas que tu mama no debe saber así...
-Déjame seguir. Llegó mi mamá, estaba muy happy cuando llegó. Estaba mareada, cabeceando con la mesa y me quede dormida. Primera apagá de tele, escuche que no se que mierda a alguien decir que me había quedado dormida y me tirando al sillón, desperté y mire el suelo,primera buitrea. El Aldo me llevó afuera, pedí un cigarro...
-¿Quién chucha te da un cigarro? Esa wea es horrible hacerlo, te marea más...
-Pero yo lo pedí, dije que hacía bien. Después, estaba muerta de frío rodeada de mil desconocidos y dos amigos, estaba muy mareada y cura. Se me semi apagó la tele y luego estaba super consciente hablando con el Aldo y la Karina, pero dije muchas cosas y tengo miedo de lo que les pude haber contado, porque no me acuerdo que les dije. Luego me llevaron al baño, dije que quería hacer pipi, pero quería mirarme al espejo y vi a esa pendeja que se curo cuando tenía 15 años y que tu curaste, igual hice pipí,pero ese no era el punto, luego se me apagó de nuevo la tele brígidamente y sé que me llevaron al auto y ahí dormí hasta llegar a Talca. Llegamos a mi casa, mi mamá me sacó del auto e hizo aquello que tu haces...
-Te sensibilizó y luego te devolvió a la realidad...
-Pero esa cachetada fue más dolorosa que las 5 que me has dado tu. No es el dolor físico de una cachetada, es el dolor de tu madre que es tan notorio que golpea en la cara. Es el dolor de una decepción más en su vida, y ese dolor lo provoque yo... Luego me volvió a abrazar y le respondí el abrazo. Subí, me acosté y llegó mi mamá con guaterito y me ayudó a ponerme pijama. Se iba y le dije que me perdonará. Se fue y dormí. Apagón total hasta hoy a las 5 de la tarde.
-¿Estás cansada?
-Estoy deprimida y cansada. Falta de sueño y sensatez. Tengo una herida en la cara y un moretón en la pierna y en los brazos.
-Estoy preocupado por lo que hablaste.
-Yo no debía curarme. Pensé que dirías que estabas preocupado de mis moretones.
-Te curaste porque estas falta de decisiones. Sabía que iba a pasar, era en esto o en alguna parte con ellos, que no saben cómo tratarte curada, pero estás tan agobiada que estás tomando por las mismas razones que yo... No te culpo.
-Porque no somos felices. Tomo para matar los demonios que tengo dentro, esos que me persiguen y por todos mis miedos.
-Puta que estás mal. ¿Qué mezclaste?
-Si te digo no me retas... Igual me vas a retar. Tomé mucha chela, ron, pisco y tequila.
-¿Cuántas veces te he dicho que el...?
-Que el ron y el tequila nunca se mezclas. Muchas, lo sé.
-¿Cuántos tequilas?
-Pocos...
-¿Cuántos?
-Como 4.
-Dime la verdad.
-Si hace le sumas 1.
-Con 5 no te curas ni cagando.
-Y a eso 2 más.
-Siete más cuánto ron?
-Tres vasos, creo... Ya, córtala, si ya dejé la cagá y la vergüenza no me la puedo. Y la Karina con mis amigos se encargaran de recordármela toda la vida.
-Está bien. Habla con ellos para ver que chucha dijiste, porque eres tan jugosa para hablar cuando estás cura. Te acordai esa vez que te curaste y fue el año pasado, puteaste como mil veces a la Tati y decías que no me merecía y te fuiste en volá. Después empezaste a hablar de tu papá, tu mamá, tu tía, hermanos, que tenías 2 hermanos más y que te gustaría conocerlo. Me contaste de tu hermana grande y que presentías que ese weón se la iba a cagar... Me contaste de Tomás y de todos tus amigos con esa manera melancólica en que como cada uno se alejaba de sí mismo y de su esencia, lo que hacía que se separará ese grupo de amigos. Me contaste esa historia de porqué te muerdes las uñas, esa historia que me da miedo que se la cuentes a alguien más, porque cuando supe me puse a llorar, me dolió el alma saber eso.
-Esa historia, no sé si la conté, no sé si se las conté... Y tampoco sé cómo preguntar.
-Ellos dirán. 
-Será po.
-Te iré a ver el lunes.
-Mañana.
-El lunes.
-Por eso, mañana.
-Por eso, se llama lunes.
-Mala onda.
-Borracha de mierda.
-Se me pasa en un rato, tu mala onda no pasa nunca. Cara de raja, tu también eres borracho y más que yo.
-Yo no hago el ridículo.
-¿No? Te recuerdo la vez que estabas en ese bar de la diagonal y yo entré para sacarte porque estabas durmiendo encima de una mesa y estabas haciendo llorar a una mesera.
-No es hacer el ridículo, es crueldad.
-Es hacer el ridículo con cuotas de crueldad.
-Cállate, te iré a ver el lunes.
-Nos vemos mañana.
-Nos vemos el lunes. Oye, te ves mejor sin nada de vergüenza, tu una vez me dijiste eso, ahora te la devuelvo. A todos nos pasan, porque en el fondo todos queremos sentirnos libres y especiales para todo el mundo, todos queremos borrarnos del mundo, pero no por el mundo, sino por las personas. Son de esas contradicciones habituales de los jóvenes, tranquila, no te avergüences por eso, hay cosas peores, como cancelar un matrimonio por una postal.
-¿Hiciste eso?
-No, ella. Anda en Cuba hace 1 mes y recibí la carta hace 2 días, no se quiere casar.
-Lo siento, mucho.
-No es verdad. Pero gracias, igual.
-No, no es verdad, pero es una perra. 
-Idiota, el lunes voy a llorar mis penas con vodka y me curaré yo.
-Ok, yo no tomaré nunca más.
-Décima vez.
-Y no será la última, pero bueno.
-Acuéstate. 
-Tengo mucho frío, eso haré. Gracias por menguar mi vergüenza.
-Esa es mi palabra. 
-Déjame en paz.
-Escribí la conversación a tu blog y puse mi épica foto.
-¿Las de las tapitas que te decían que podías bailar?
-Error. La tapita del vodka me decía que podía bailar.
-"No, yo no hago el ridículo."