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lunes, 22 de julio de 2013

El rey de los Estúpidos Gansos.-



Había una vez un niño pequeño que era un tanto estúpido y ganso. 
Tanto que ató una soga alrededor del cuello de sus padres y apretó el nudo, y justo cuando los tenía colgados con su vida pendida a un palmo del suelo, amablemente los liberó cortándola con su estúpido cuchillo de carnicero. 
 En ese momento sus padres, respirando con dificultad, alegres le dijeron: "Oh gracias, nuestro estúpido pequeñín, por no dejarnos morir colgados!"
 Haciendo una reverencia el chico respondió: “Nada, no hay de qué", justo antes de apuñalarles sus gargantas con un cuchillo casero.
 Luego, a lo estúpido, les cortó sus cabezas, las pinchó a los extremos de una cadena e inició un chiflado desfile por toda su estúpida casa.
 Y según marchaba zapateando, gritó en voz alta: "Soy el rey de los Estúpidos Gansos, y de ello estoy orgulloso!"