"Mi padre siempre caminaba con la frente en alto, aunque tuviese vergüenzas ocultas."
2008, 11 de marzo a la fecha.
Dolores incongruentes de montes altos que sostienen vidas de gente común y corriente, que sostienen a prematuros salvadores de la rebeldía ancestral genuinamente marcada por la ignorancia cultural que azota a la masa popular, que alza lo rural sobre lo urbano de una manera que si fuera por destacar sería humillanción pura ya sea palabrerío verosímil la que se usa. Dolores de sacrificios familiares que potencian a los mejores exponentes de la fraternidad y familiaridad amorosa, destinos que están entrelazados aunque la distancia kilométrica sea resplandor diario y cotidiano, el lazo de amor que enmarca a las números de distancia entre todos vale más que él de cualquier cosa que sea argumento para emplazar a alguien. Dolores diarios son los que me atormentan, es un dolor diario la muerte. Creo que aprendí a lidiar con ella.-
