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jueves, 14 de febrero de 2013

Romance de Trajinera.-


"Atazagorafobia. Miedo a ser olvidado. Y así, bailaban dos calaveras." 

"¿Y hacia dónde llevan tus remos? Hacia la luna de plata, para que tus armas enfurezcan al sol, tornándose un eclipse que nublara hasta mis caprichos más intrínsecos, soberbios e infantiles que me sepultan en el fondo del lecho marino donde todos mis porqués se reirán de tus porques tallando la ilusión de la racionalidad que denota sobre la objetividad. No, demuestra universalidad, pero no objetividad.
 Mi alma te la llevas para cogerla por anzuelo en tu lanza de pescar con la que pretendes atrapar hasta a los que adolecen de memorias. Procedes. Te encaminas hasta llegar a la luna, te sientas, la sientes fría y tu vista se enceguece por lo brillante que ha de ser ese platinado asiento. Estás sentado y miras mi alma con tristeza, una lágrimas de tus ojos caen sobre ella y la tiñes, pasando de los colores más oscuros a los más claros, expeliendo aromas coloridos. El terror te repele de todos tus poros posibles de tu cuerpo, un vapor azul te recorre y se mezcla con el amarillo entre mezclado con verdes y rojos de mi alma, se mezclan y mi alma es tan esplendorosa que palabras no existen para describirlas. Te nublas y la miras maravillado, recuerdas todo aquello que una vez te hizo feliz, rememoras todos tus recuerdos adyacentes a tu memoria cerebral, la falsa agonía había desaparecido. Comprendiste. 
Lanzaste mi alma, ya no como un anzuelo, ahora era un señuelo. Intentabas encontrarme entre la barcaza y el mar que contemplaba tu dulce hogar platinado. Intentabas buscarme, estabas intentado con tu corazón de niño para que nuestro corazón volara en el espejo del agua."