Sentencias de un doblegar de emocionar, la cantidad de sonrisas y risas nerviosas que intentaba simular y disimular en ocasiones para conquistar que me termine convirtiendo en un demonio que conquista con la sonrisa.
Catalogadas de siniestra, te enamoras de la sonrisa angelical y esa inocencia camuflada con idiotez. Te enamoras de la risa nerviosa y los jugueteos infantiles que suelo hacer en medio de la oscura y romántica urbe talquina, los gritos de una niña que busca felicidad, las rayas y líneas coloridas carentes de sentido que están en todos tus relativos conocimientos aprendidos, te fascinan los dibujos que enmarcan y destruyen la imagen formal de alguien, de las múltiples y tan aterradoras canciones que suenan para quitarme de tu lado.
Aún así, siempre espero que alguien me aleje de ti, a veces detesto tu presencia, otras la adoro a tal extremo de ser una inocente palabrería de sonrisas y te intento chantajear, cosa que nunca ha funcionado, pero me gusta creer que sí.
[pd: me debes un poleron de pink floyd. Mi regalo.-
pd2: es un buen libro.]
