
"Inagotables promesas ¿Por qué será que las promesas siempre son inagotables?"
"Siempre se ha dicho que la solución en gramática es un mimo. El mimo que cuida la gramática, que la resuelve siendo la mejor o peor fortuna, todo depende del sujeto.
Mis placeres más mundanos, bohemios y encantadores de la vida, la literatura con su tan perfecta letra, esas palabras que acarician a un futuro y condenan a un pasado.Aquellas que te matan en vida y alaban en muerte. Esas que relatan lo más cruel como una anécdota digna de ser recordada por su belleza dramática; esas que se usan bajo conveniencia del protestante.
Ese placer de haberte conocido, ese placer de que alguna vez fuiste mío en palabras, ese placer de que alguna vez tuve tu condena lírica y tu amor verbal, ese placer al que sucumben mis ojos ante cada lectura que se lleva a cabo, ese placer que me mata y remata bajo sus siete llaves de anhelos matutinos, ese placer de que alguna vez si hubo cientos de palabras casi inefables que ante tal característica igual florecieron de una forma fugaz y fulgurante, ese placer de que te ame en cada palabra, frase y oración romántica que tan poco esfuerzo necesitaba para nacer, ese placer de que puedes haberte convertido en mi peor condena tus recuerdos siguen marcando una herida que no quiero curar, ese placer de que mi olvido será mi venganza y tu perdón, ese placer de que las lágrimas pueden transformarse en una escena repetida vil y mordazmente en un pedazo de papel, ese placer de poder insultar a la belleza humana en una simple palabra, ese placer de dedicarte la eternidad sin necesidad de vivir, ese placer de que no somos nada ante la realidad y todo en una simple muralla manchada por el carboncillo, ese placer de que te puedo matar en un mal recuerdo escrito. Ese placer de que lo haré cuando este en la sensatez de poder escribirte como un recuerdo.
Es una promesa que yace guardada bajo la cordura de una mujer-"