
Nos pasamos la vida esperando a que pase algo, ¿o acaso estoy mintiendo? Lo único que pasa es la vida, en lo más mínimo.
La costumbre nos mató, la rutina nos aniquiló y el té se toma de a tres. La noche se torna a los vuelcos que mis palabras le dan a mi vida, el té no se puede servir entre dos, los números pares y la droga eterna no son una buena combinación, ¿por qué crees que los grandes han muerto solos? Porque la imparcialidad y la pluralidad impar siempre ha sido tentadora y prohibida, mejor que cualquier cosa.
Has de la noche una sentencia irrefutable de cualquier argumento lógicamente válido, has de la noche una paradoja hermosa y anhelada por los idiotas, no estigmatices a la luna de enamorada y de romanticismos, adiós a esos eufemismo tan reprochables, vive la noche como se la merece: una encandilada noche de té en soledad absoluta y de una antilógica preciosa que quiere encontrar a esa canción que vive la pena de todos y la alegría de la nada, que ronda por todos los oídos de esos que no quieren ser feliz. Vive la noche, que siempre ha sido hermosa.
Nos pasamos la vida esperando a que pase algo que recordar cada noche, nos pasamos la vida inventando excusas para retener cosas o historias para rememorar recuerdos ya están enterrados e incinerados y sepultados bajo los ataúdes de la memoria o sentenciados en la colectividad social, nos pasamos la vida buscando alguien, cuando lo único que importa es uno, yo solo quiero encontrar el placer del café cada noche, pensando en lo que ya viví y amando el sabor tan amargo de mi tan exquisita droga.
Me paso la vida emborrachándome de mis vivencias.-