Pages

sábado, 1 de septiembre de 2012

Hablar de ti.-


Era la mirada quizás de todo lo que tuvimos una vez, de lo que ya estaba apunto de quebrar. Como todo lo que empieza mal, debe terminar así y tal como comenzó: estúpida y tiernamente mal; no había cabales de algo bueno ni de un curso estable para ninguno, para nadie; nadie sabía nada de nada, nada era recíproco además del tiempo compartido, precisamente por esa característica, pero de ahí a encontrar algo más, no lo había y tampoco estábamos interesados en encontrarlo, no queríamos nada, no planeábamos nada; simplemente, estábamos al lado del otro sin ninguna pizca de consciencia, eramos seres inertes enamorados de una sombra:  yo de una tranca y tu de un no sé qué que nunca me quisiste contar.
Fuiste un pasajero, espero que te trague el mar.-