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martes, 6 de marzo de 2012

De respuestas emocionales a tangenciales.


-Cree que ganó la batalla.-
-¿Qué batalla?-
- La conquista. Eres mimada, horrendamente caprichosa y tiernamente irritable. Te molesta que la gente no se preocupé por ti. Te gusta que en ocasiones todo seas inesperado, un beso, un abrazo, un obsequio, cualquier cosa. Todo. Si de las cosas que recuerdo cuando me hablabas de Thomás era que amabas cuando llegaba corriendo a abrazarte, pero ese correr no me acuerdo como lo describías, pero era así. No es compararlo, eso es netamente imposible, simplemente estoy relacionando lo que te pasa con lo que me dices.-
- Cree que ya me ha conquistado. Cree que voy a estar toda la vida conquistada por él. Me he desencantado y me ha desencantado. Es todo tan feo desde que ya no estoy con él y por él me refiero a Matías, nada es igual y sin embargo, seguimos iguales. -
- Siempre he creído que es un miserable que quiere robar la felicidad de los demás.-
-Calla, tonto. Que me da pena. Tengo miedo.-
- ¿De qué...?-
-De la PSU. -
- Tonta, pensé que dirías otra cosa. Calma, estudia y te irá bien, yo lo sé. Además, es a prueba de tontos, lo único realmente complejo es lenguaje y ese estúpido plan de redacción que tiene su lógica luego que das la prueba y haces muchos ensayos: De mayor a menor, siempre.-
- No sé. Quiero darla luego. Aunque parezca ridículo.-
-Calma. Te quiero.-
-Te adoro, cosa. Y no quiero que te vayas.-
- Tengo que irme, no rindes conmigo. Aprende a vivir sola.-
-No quiero.-
-Perdóname.-