Pages

lunes, 1 de octubre de 2012

A mi padre.-


Ser horrendo que fastidio y convirtió mi niñez en penas de una adolescente frustrada por sus mil fantasías inocentes de impúber incompletas. 
Padre de mal augurios que tortura mi vida hasta ahora; padre ausente, tu voz me culpa de todas tus plegarias mal cumplidas; padre, la culpa que carga en tu hombro se paga con el dolor de cada uno de tus hijos; padre, tus lágrimas son la lluvia que carga nuestro clima; padre, que a pesar de tus mal accionar, sigues ahí intentando simular a la esencia de un buen padre; padre, sé que tu amor no se puede cuestionar, pero tus palabras sí; padre, tengo 17 años y sigues dando deambulas de tu constante venir; padre, soy una niña que busca a su papá debajo de cada piedra que se encuentra; padre, necesito a mi papá conmigo y no escondido; padre, te extraño.
No puedo juzgarte, tampoco criticarte. Nunca nadie te enseño a jugar al rol de papá, simplemente una diminuta célula de ti hizo lo que hizo conmigo: un organismo lleno de placebos y jugando a sobrevivir. 
No puedo mirarte y sonreír  como así tampoco puedo mirarte y llorar.
 Quiero que me mires y esboces cariño a tu hija, que sigue pensando que eres un héroe dentro de mi niñez tan maltratada. Al final, comí sola, otra vez sola.-