
- ¿En serio, no te afectó? -
- Ni en lo más mínimo. -
- No te afectó, porque hay solo dos personas que te pueden torturar de una forma que solo para ti es un castigo. -
- Exacto. -
- Te vas a torturar cuando quieras torturarte, mientras tanto serás feliz hasta cuando te dure esa felicidad idiota en la que estás envuelta. -
- Exacto. -
- Eres una tarada y sin embargo, te sigo queriendo. -
- Me parezco a ti, por eso me quieres. Te gusta la idea que exista alguien parecido a ti; que sea tan mísero o tan agradable como tú. -
- Puede que tengas razón siendo objetivo. Pero no lo soy, no es así. -
- Amo que me lleven la contra. -
- Créeme, lo sé. -
- Nadie más lo sabe, parece. -
- Nadie más tiene que saberlo. -
- Alguno de estos días, me quebraré. -
- Y yo estaré ahí.-
-Eso espero. -
- No eres metal. -
-Soy un metal que será expuesto al calor en cualquier minuto y ... -
- ¿Cambiarás? -
- No, las personas no cambian. -
- Las personas sí cambian. -
- No, yo seguiré siendo la hija de puta que soy hasta el fin de mis días. Y seguiré siendo ese plomo que siempre he sido pero que nadie sabe que lo soy. -
-Eso depende de cada uno. El cambio depende.