Pages

martes, 20 de noviembre de 2012

Helado de frutilla.-


-Oh por mi santo y puto jesucristo.-
-¿Qué te pasó? Te salió como cubano.-
-Esto es insano para nuestra hermandad, pero hay que decirlo.-
-Weón, me estás asustando.-
-Estás más bonita.-
-Que hiciste con mi hermano, ¿quién chucha eres? Weón, no te veo.-
-No sé, pero tenía que decirlo.-
-Weón, tengo los ojos rojos, no puedo mantenerme en pie y me dices que estoy bonita. No hables weas y ayúdame, por favor.-
-No, es tu castigo, eso te pasa por hacer cosas indebidas. Además, dime, hermana mía, ¿tu razón?-
-Razón...¿Qué?-
-Tú sabes.-
-No, en este estado no, ayúdame por favor.-
-Solo porque estás más bonita y porque presiento que te has convertido en...-
-Cállate, weón y ayúdame que me estoy cayendo.-
-Te caes.-
-Quiero helado de frutilla y quiero chocolate. Tu cuñado dice que eres gay.-
-Cállate, mierda.-