Cada vez se adelantan más las desilusiones a expectativas rancias, y atrozmente manoseadas por el pensamiento de amigos y conocidos amistosos. Cada vez se asesinan más las esperanzas amorosas alguna vez inculcadas en el corazón de una mente maltratada y vilmente desordenada. Cada vez se tortura y masacra más la idea del amor ideal, la dulzura del amor ideal. Cada vez el aferro a este mundo socialmente creado es más intenso y desastroso. Cada vez nos quedamos con menos ilusiones, pensamientos y amores intensos.
La efervescencia del amor y el cariño te desamarra de este planeta tan unísono y monotemático, nos desengaña. Nos traslada a una rutina sideral y estelar; a un mundo astral y lleno de distorsión sidérea. Nos libera de ese ente oculto lleno de fervor ambicioso, enterramos la codicia bajo la tierra de la libertad humana y bajo la esperanza de observar el espacio y encontrar nuevas estrellas, constelaciones y millones de universos.
El amor nos vuelve más humanos; un humano es sensible y busca ser feliz; la felicidad es cuestión del peso de la sonrisa; la sonrisa es algo del día a día; el día es voluntad; la voluntad es decisión. Las decisiones son estrellas con las que se forman nuevas constelaciones; nuevos universos.-
["Yo la amo bajo todas sus condiciones. Yo la amo con su libertad y su amor por mi. Por eso la perdoné.]
