La nada nos absorbe, nos aniquila, nos mutila, nos tortura, nos aterra, nos susurra, nos asesina sin misericordia y con una pasión desmedida. La nada dedicada, suave, infinita, delicada, dulce y tierna. Sutil y sublime acto contra humano.
Así que, estamos aquí, en medio de todos, rodeados de respiraciones inexistente y sin carisma, contemplamos la vida inconscientes de los inadaptados. En medio de la nada, muriendo como todos.
Enciendo un cigarrillo. Veo como el humo se lleva mis anhelos, esperanzas y sueños; veo como se desvanecen entre el pasado irrevocable y un futuro misterioso; veo como el mundo desaparece entre cada bocanada de muerte; veo como mi sentencia de muerte se proclama ante la nada, en frente de todos.-