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miércoles, 25 de diciembre de 2013

Rosas Blancas. 22, Dic. 2013.-


María Cristina Troncoso Villena:
Las personas van y vienen en esta vida, así como las circunstancias también. Cuando la circunstancia llega y te arrebata una persona en una fecha que es de unión y amor en compañía, es merecedor de palabras. 
Hoy en día conocer a personas apasionadas por su profesión es escaso, para mi fortuna la encontré a una edad hermosa, cuando aún tenía esperanza y sonrisas por la vida y sobretodo por las personas, cuando mi ilusión de niña subsistía ante todo, cuando amaba la vida tanto como a mi misma; si bien una profesión no hace a una persona, su profesión ayudo a construir una vida complicada y sensible, me dio las herramientas que necesité y las que me gusta usar para enfrentarme a la vida, me enseñó desde algo tan simple como leer o escribir a algo tan complicado y útil como amar lo que hago, me entregó de una u otra manera ese amor desenfrenado que tengo por el arte, pintura y teatro, el amor a las letras y la lírica y el tedio a las matemáticas y a enfrentar a mi padre matemático en aquellos problemas. Me enseñó desde a hablar en público hasta a valorar una planta, desde tomar un lápiz para escribir como para dibujar, me enseñó a ser curiosa, perseverante y a observar más que mirar, pero por sobretodo, me enseñó a amar la vida y valorar a mi madre, y por sobretodo,  a mi misma. Me enseñó a ser una persona orgullosa de si misma, que amé lo que hace y que ame conocer cosas nuevas, a ser fuerte y luchar por nuestros sueños. Por eso, le agradezco y si bien todos dicen que yo era su orgullo, quiero decir que yo me siento orgullosa de haber tenido a una profesora como usted, que tenía ese amor por el saber y por ser tan destacada en lo que hacía, gracias por haber tocado mi vida y haber cultivado de manera tan sublime los años más felices de mi vida.
Gracias por hacerme la persona que soy hoy y la estudiante que soy, porque ese merito es por sobremanera de usted. Gracias por formarme como soy, porque a pesar de todo, la niña que fui se siente orgullosa de lo soy hoy en dia y la niña que soy se siente orgullosa de su entereza ante una de las enfermedades tan perras de esta vida, se siente orgullosa de haber tenido un modelo de mujer tan fuerte y sabia como usted.
Mis lágrimas quedaron con usted en este día a las 12 horas del día, gracias por ser como ser y por hacer de mi la mujer que soy. Le desea con el cariño permanente de la niña de 6 años que la conoció, una partida grata a ese lugar paradisíaco que sé que la espera, su estudiante Melisa.-