"Tú tomas una cámara y te escondes tras la cámara."
-Hola...
-Hola...
-¿Cuál de los dos está peor?
-Yo. Estoy en el llamado "momento de mayor tensión de la obra dramática."
-Clímax.
-Exacto.
-¿Y... qué harás?
-Ahora estoy realmente vacía. Es verdad aquello que dicen que cuando estás vacío no tiendes a nada, simplemente miras, observas y...miras más.
-Es verdad. Yo pensaba que era mera lírica eso.
-No. Los autores le atinan a veces.
-Así es...
-Te extrañaba. Extrañaba tu voz.
-Se extraña a los amigos.
-Yo ... no sé. A veces, estoy en la noche, sola, con el note a un lado, la tele encendida, un par de libros tirados encima de la cama y yo sentada mirando la cortina y me pongo a llorar, lloro, lloro y lloro.
-Lloras para vaciarte.
-Pero lloro mucho, es como si alguien vertiera un lago en mi y toda esa agua se tradujera en lágrimas. Tengo pena y nace de mirar una cortina, un libro de historia, una frase escrita o una polilla rondar la ampolleta.
-Pero es natural.
-"Natural" Esa palabra la ha usado mucho ella.
-Tu psi..
-Sí, ella. "Toque fondo antes de entrar." Toque la piedra más subterranea de ese fondo.
-Pagarle a alguien para que te escuche es un colmo bien tirado de las mechas.
-Fue necesario. Nadie estuvo ahí, nadie se dedico a preguntar "¿cómo estás?" y ver un poquito más allá de ese puto "Bien, gracias" Nadie te dice y te obliga a decir la verdad. Ahora todos van a empezar a ser mis amigos, todos van a estar ahí, todos porque estás mal en el punto que explotaste y mandaste todo a la mierda. Ahora curiosamente todos son tus amigos y ahora ya no me sirve que me acompañen, porque ahora de verdad quiero estar sola.
-Ahora entiendes.
-Ahora lo siento. Tengo pena por mi, estoy mal y como estoy mal, la vida está mal.
-La metáfora del eco.
-Sí...
-Meli, te quiero.
-Gracias, de verdad gracias. No sabías la falta que me hacía eso...
-Pero no llores...
-Me ayudas a vaciarme.
-Perdón, perdón... ¿Tú, cómo estás?
-Yo, mucho mejor. Empecé a escribir... un libro, creo.
-¿De verdad? Sobre qué.
-Es de una escritora que curiosamente no sabe escribir, pero quiere hacerlo y luchara aunque sea consigo misma con tal de tener un libro.
-Buena idea, me gusto. Dedícamelo.
-Sí, lo iba hacer aunque no me lo pidieses. Eres como una escritora encubierta con capas de deseos en los que no contempla escribir como oficio, sino como hobbie.
-Buena descripción. Me siento... tranquila.
-Temple...
-Gracias, Rodri.