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lunes, 30 de septiembre de 2013

Hijueputa.-



La música psicodélica tiene en si misma propiedades alucinógenas, aunque naturalmente en un grado mucho menor que las drogas psicodélicas.
Estamos... "estoy" en ese absoluto y estúpido trance de mirar una fotografía y remover cenizas, cenizas que están intentando resurgir y arder, arder entre sí y remontar la inocente y perversa pasión que había entre nosotros. Pasión que me quebraba, porque contigo, mi vulnerabilidad afloraba por todos mis poros existentes. Eras mi droga, aquella adicción terrible que me dilataba las pupilas, pupilas que se dilatan, que deleitan, que delatan. Me delataban ante ti, delatan que tus labios eran el mejor lugar para estar y a la vez la trampa mortal de un asesinato tan inminente como imperioso, inaplazable. Moría y me hacías revivir. Pero más que vivir, era sobrevivir entre tus brazos. No niego, te quise más que a otros, más que a todos, te quise por encima que a los demás, te quise sin ley ni horario, te quise sin respeto, dejé principios y abandoné mi esencia, tanto así que tuve que volver a nacer,a pensar y a vivir. Te odié, te detesto tanto que abandoné manías, música y escrituras, recobré gustos de antaño. Te agradezco, porque contigo viví, reviví y amé la vida, luego la paz vino y tu te fuiste, yo me fui a mi vida y tu a la tuya. Nos abandonamos, tanto así que siempre nos vamos a pertenecer el uno al otro, niégatelo si lees esto, pero algún día lo entenderás y podrás saber que fuiste mi droga favorita, tan sutil, adictiva y homicida como todas las drogas.

Aun así...
¡¿Por qué carajo te pareces a este idiota?! Maldito bastardo.