A poco más de 2 de semanas, con tan solo recordar una
palabra, una frase del verano que pasamos juntos, tan solo una frase que nació
de un juego de borrachos, pero buenos muchachos, tan solo una frase al viento,
una frase que retumbó en mi consciencia haciendo temblar todo aquello que parecía
sano y normal. Cayó tan fuerte que estallé en llanto, un llanto de desahogo que
tan solo buscaba un consuelo, buscaba un “tranquila, todo estará bien.” En
realidad, sí, todo estaba bien, de hecho, todo estaba igual, tan solo yo estaba
mal y atormentada por algo que ni siquiera sé si es verdad, por cosas ajenas
que rebotan en mí. Siempre he dicho que los aconteceres del resto, de ese resto
que me importa, siempre llegan a mi, aunque no lo quiera, quizás aunque no lo
quiera ver, me lo hacen ver y reacciono tardíamente. Tengo que dejar de ser tan
cobarde.
Ese afán de reprimir todo siempre, las malas noticias llegan
a tu puerta, a nuestra puerta, tocan como una persona desesperada y tú le
abres, la dejas pasar plácidamente, te destruyen todo en la casa, te saca de tu
maldita zona de confort, tu contradictoria inestable zona de confort y se van despiadadamente,
como si nada. Luego, tú de nuevo, recoges todo, reparas todo y dejas tal cual
como siempre estuvieron las cosas, como si nada hubiese pasado, todo en su exacto
sitio y sigues con tu vida normal y alegre, como si nada te atormentara, cuando
en realidad lo única que estás haciendo es omitir, reprimir y te mientes en la
cara. Te miras en tu tonto espejo, en mi tonto reflejo y te mientes tan
descaradamente que me das asco, la mentira es mala, es brutal y lo peor es
que lo sabes, te atormentas de tal manera, tan cruel que me destruyes a mí
también y te castigas a ti misma, de la única forma que sabes que te afecta: la
música, no sabes que escuchar y sin música no puedes escapar, te enfrascas en
una lucha hiriente y melancólica de buscar una tonta canción para escuchar cada
vez que caminas, por las noches y cuando estas desocupadas, no encuentras nada
que te complazca, nada es suficiente, pero aun así te conformas escuchando
canciones que hace un buen tiempo no escuchabas, cualquier cosa de antaño, de tus años de incursión
musical, incluso encuentras nueva música. Llegamos a Oasis, te tranquilizaste,
pero lo malo de Oasis es que remueve, pica en la herida, tú te rascas, y la
sangre florece. Ahí estas, aquí estamos, escribiendo con Supersonic y pensando
en todo aquello que has estado omitiendo, en todo esto reprimido que estas
sacando abruptamente.
¿¡Qué es lo que pasa contigo!? No te hagas daño con lo ajeno, deja de
dañarte. -También me compete- Te has puesto pensar detenidamente que todo
aquello que sabes son especulaciones, comentarios, algo que alguien le dijo a
alguien más y ese alguien más llegó a ti para decírtelo. Quizás es solo un
quizás, no es real y tú estás sufriendo por alguien que te dijo algo. -Y sí es
verdad, te das cuenta del efecto en esa persona, todo lo que ha pasado y lo que
está pasando en este mismo momento, lo que le afectan los comentarios
inocentemente crueles que ha escuchado de su círculo, de su familia, de sus
amigos, de su gente, de los que ama. La mierda que ha tenido que pasar
completamente solo porque no se atreve a decir algo que no es malo, pero que no
estamos acostumbrados, porque una estúpida sociedad ha querido seguir un puto
conducto regular y si nos salimos, decidimos escapar de esa jodida norma,
estamos condenados a un juicio social que es solemnemente ignorante, estamos
presos de algo que nosotros mismo hemos creado y esta pasado por esto solo, se está
condenando solo y no quiere hablar porque el mismo se enjuicia en una opinión y
en una idea que la sociedad le ha impuesto, quiere seguir un estúpido patrón que
cree que es el ideal, esta encasillado en algo que no es, pero que lo ha
estipulado como su ser, como su persona únicamente por una aceptación social
que, por desgracia, todos queremos. Si es verdad, sabiendo cómo es y sabemos
que es así realmente, la está pasando pésimo, imagínate estar en sus putos
zapatos de perfección absoluta, imagínate. Realmente, imagínate, estar en la
piel de alguien que ha hecho todo lo moralmente correcta, el puto ejemplo que
todo aquello que alguna vez hemos anhelado ser, imagínate: la persona que todos
aspiramos alguna vez ser, se les va a desmoronar a la gran mayoría, se les va a
caer, porque es la verdad, a todos se les va a caer. -¿Y a ti? ¿También se te
cayó?- A mí… se me cayó en el sentido que no es el amigo que esperaba que
fuese, porque él cree que lo voy a juzgar cuando jamás en la vida yo haría algo
así, no lo juzgaría ni aunque matara a alguien y menos lo juzgaría por esto que
está viviendo y que lo define un poco como persona, ni siquiera lo define, que
mierda estoy diciendo, es parte de él y si es parte de él, yo lo voy a querer y
amar igual a como lo quiero hoy, solo quiero que me mire a los ojos y me diga la
verdad, una verdad que únicamente él tiene y quizás aún está intentando
averiguarla.- No llores, me harás llorar a mí también y si las dos lloramos,
nos vamos a tumbar en la cama hasta mañana y no vamos a poder levantarnos.
Mañana será un día hermoso, como todos los días, porque te vas a levantar
alegre, te teñirás el pelo y será morado, azul, rosado, verde, no sé, te lo
teñirás y eso será señal que cerraste un ciclo, porque siempre haces eso, el
cambio interno estipulado en el cambio externo. No llores. Llora todo lo que
quieras, te concedo el mar de lágrimas que te has estado conteniendo desde la
tarde en que tu hermana se fue y te dejaste caer en la cama y derramar un par
de lágrimas escurridizas ante tu mamá. Llora como has querido hacerlo desde que
supiste, deja de reprimir, yo también dejaré de hacerlo, exprésate. Llora de
una puta vez y no te culpes por algo que realmente no es tu culpa. Llora por
las lágrimas que alguien más no ha podido derramar. Libérate de ese tormento
que has estado pasando de hace semanas. Concédete una libertad, porque parte de
ti está cediendo.