
"Viví la parte de mi infancia que más me enamoro alguna vez de esa bella imagen de ojos verdes espárragos: la sonata maldita de aquella casa blanca, la melodía que tocaba aquella desenfrenada mente, la aquella hermosa canción que me enamoró de única persona que no me ha hecho sufrir con ninguno de sus actos. Como amaba esos 30 segundos de pasos y audio interminables para mi."