-Tienes que creerme.-
-Te creo.-
-Pero no es suficiente.-
-¿Tú creí en el amor?Pues si es así, estás decidiendo algo porque quieres creer en que alguien te quiere; quieres creer que yo te quiero.-
-¿Y tú me quieres? Dame una razón para creer en el amor.-
-No, esto no puede ser. Yo no soy la razón para creer en el amor, yo soy una mujer que te quiere y te cree, pero yo soy alguien que te provoca amor, no soy amor ni mucho menos una razón amorosa.-
-No creeras ninguna de mis verdades.-
-No, porque lo que escucho no es una verdad.-
-¿Entonces?-
-Entonces... Mi puerta es roja y queda cuando caminas derecho, giras a la izquierda y sales de mi casa. Sales de mi vida.-
-¿Te aburrí?-
-No, me decepcionaste. Y eso, es peor que cualquier cosa, destruiste los estragos que quedaban de mi.-
-Cuando elegimos a alguien, siempre se termina perdiendo algo.-