Feliz cumpleaños atrasado treintona, igual pasas piola de 28. Sos la mejor, gracias por estar distantemente conmigo, por soportar mis llamadas muy tardes y llenas de mal humor y estrés, por escuchar mis infinitas historias dramáticas, por tolerar mis quejas hacia todo y todos. Eres una pésima hermana porque nunca vienes a verme, pero igual te quiero un poquito, creo. Y recuerda, que yo sigo tu ejemplo, así que intenta ser uno bueno.
Linda, hermosa, preciosa, sé que lees mi blog, rata traidora, sabes demasiado y yo no he hablado. Gracias hermanita, eres realmente la mejor hermana mayor que pude haber tenido y no se como soportaría el estres universitario sin tus retos y tus risas tan fuertes, ahora comprendo porque hablo tan fuerte y se me escapan frases medias cuicas, es todo tu culpa. Es hermosa esta carrera, pero aún así necesito las noches más largas...
Te amo, gorda!
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-¿Por qué estas enojada?
Linda, hermosa, preciosa, sé que lees mi blog, rata traidora, sabes demasiado y yo no he hablado. Gracias hermanita, eres realmente la mejor hermana mayor que pude haber tenido y no se como soportaría el estres universitario sin tus retos y tus risas tan fuertes, ahora comprendo porque hablo tan fuerte y se me escapan frases medias cuicas, es todo tu culpa. Es hermosa esta carrera, pero aún así necesito las noches más largas...
Te amo, gorda!
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-¿Por qué estas enojada?
-A veces, la tristeza se expresa con enojo.
-Pequeña...¿No será estrés?
-Quizás. Es un cúmulo de cosas.
-¿Me quieres contar?
-Sí... pero no quiero llorar por teléfono.
-¿Te acuerdas cuando eras chica y yo llegaba y estabas llorando en el baño?
-Sí...
-¿Te acuerdas porqué era?
-No...
-Porque tenías miedo de estar sola. Y siempre me decías...
-"Es que no me gusta que vean llorar..."
-Y ahora no quieres llorar por teléfono.
-Necesito un abrazo o 9 shots de vodka...
-Me encantaría poder darte el abrazo.
-Esto me hace sentir peor.
-Lo lamento, soy pésima en sentimientos. Es de familia. Pero, Belén, siempre te reto y te digo que te hace mal guardarte las cosas, hablale a tus amigas o la Mariela, porque conmigo obvio que puedes hablar, siempre podemos hablar, sabes que siempre estaré contigo, pero yo ahora no puedo mirarte a los ojos y abrazarte, por mucho que quiera, yo no puedo hacer nada porque estoy lejos.
-Puedes escucharme, solo quiero que me escuchen. Eres tan enojona, no me retes.
-Siempre puedo escucharte, pero te reto, es que te cuido, debo cuidarte. Y para eso, debo retarte.
-Estoy colapsada, quiero morir. Además, tu también te guardas las cosas, no seas así
-Tonta, no digas eso. Sí... yo le pago a la gente para que me escuche.
-Eso es peor y malgaste de plata. Deberías comprarme cosas y yo te escucho gratis.
-Podría ser.
-Soy tu hermana chica, soy chica pero igual te puedo escuchar.
-No es el conducto regular. Yo debo cuidarte.
-Yo también te puedo cuidar, debo cuidarte también, me muero si te pasa algo. Y métete tu conducto regular por el poto.
- Lo sé, pero somos complicada, las dos siempre estamos llenas de cosas, rebalsamos los límites y luego quedamos colapsadas. Así como ahora. Pero que ordinaria, Belén.
-A no que cuica. Mejor voy a dormir, es como morir un ratito.
-Descansa. Siempre puede llamarme, eso lo sabes, pero pequeña, busca abrazos donde los puedas encontrar y tu mamá es el mejor refugio de abrazos.
-Lo sé...
-Cuando vaya a Talca, iré exclusivamente a abrazarte.
-Gracias.
-Y no te enojes, porque te saldrán arrugas.
-Tu no tienes arrugas y eres más enojona que yo.
-Si tengo arrugas, pero nunca tantas. Por lo poco casi nada que te conozco, subirás esto a tu blog, enana. Así que escribe: "No hay enojo que un buen par de besos no quiten."
-Eres increíble.
-Enana, te conozco como a mi misma.
-Somos del mismo porte.
-Siempre serás mi enana...
-Son las 12...
-No...
-Tienes hermosos treinta y...
-Cállate.
-Son las 12...
-No...
-Tienes hermosos treinta y...
-Cállate.