-Me gustaría que me pidieran matrimonio con una pizza. Abrir la caja y que adentro estuviese escrito con plumón verde, onda muy bizarro.
-¿Dirías que sí?
-Depende.
-Obvio. Depende si lo quieres o no.-
-No, depende si me gusta la pizza.
-¿Estás muy para la caga, verdad?
-Dicen: al mal tiempo, buena cara. Será po, la práctica me dará la razón.
-¿Te ayudo?
-¿A qué?
-A seguir con la buena cara.
-¿Tu también?
-Son de los días en que despierto y no me quiero levantar, me gustaría quedarme en cama con un té sintiendo el frío del día, pero la rutina me supera y me asfixia. Termino levantándome y haciendo todo a medias.
-Al mal tiempo, buena cara. Me hace sentir mejor, al menos, tengo lapsus de felicidad.
-Nosotros debemos escapar.
-No, eso no es solución. Siempre vamos a tener que volver.
-Te odio.
-Soy adorable, no lo hagas. You don't do it that.
-Oh gosh, you're so adorable.
-Adorable nivel dios.
[Te quiero porque es la mejor manera de reírme de reírme de tus enemigos. Este mundo cabe en dos palabras... Arjona la lleva.]