
-¿Recuerdas esas veces en que nos quedábamos tardes enteras, acostados sobre el pasto, hablando y mirando el cielo?-
- Sí, se extrañan. Lo más entretenido de esas tardes de calor incesable en la plaza aquella, era que buscábamos figuritas en las nubes; mis formas eran espectaculares.-
-Las mías eran mucho mejores: esa tortuga-ninja no será superada por nada y mucho menos, esa calabaza con cara de Jack.-
-Tu imaginación es increíble.-
-Es que todavía soy una niña, que nadie quiere comprender.-
-Yo te comprendo.-
-No, tu intentas comprender.-
-Y te quiero comprender.-
-Una manera muy implícita de decirme algo, ¿cierto?-
-Muy cierto.-
[Risas]